Misión cumplida.
Gracias Señor Cardenal Cipriani por defender la verdad y el orden natural, por pelear casi en solitario contra los enemigos del Perú
¡Gracias, cardenal Cipriani!
Una vez más le ha dado la mano al Perú.
Phillip Butters
| Columnista
Una vez más el peruano Juan Luis Cipriani Thorne le da la mano al Perú. Ya en el momento más triste de la historia de nuestro sufrido país, él estuvo en Ayacucho, Ciudad de los Muertos. Cuando Abimael Guzmán pregonaba la muerte, el odio, la destrucción, la lucha de clases, la agudización de las contradicciones; cuando las huestes genocidas de Sendero Luminoso asesinaban todos los días a cientos de peruanos inocentes, nuestro hoy cardenal pregonaba la paz, el amor de unos y de otros, consolaba a madres absolutamente devastadas por la muerte de sus hijos, de sus niños, daba cristiana sepultura a militares, campesinos, a los propios senderistas.
Cuando el hoy príncipe de la Iglesia Católica dedicaba y arriesgaba su vida dando extrema unción a cuerpos con almas dolidas, muchos de los que hoy lo critican estaban de cómplices cobardes de los terroristas o trabajaban solícitamente para Alberto Fujimori —o eran chupes de Montesinos— , el padre de la hoy también vapuleada Keiko Fujimori.
Años más tarde, el mejor de los peruanos, siguió del lado de la paz y de concordia. Cuando Néstor Cerpa Cartolini secuestraba, torturaba, asesinaba a compatriotas, el arzobispo de Lima mediaba para salvar vidas. En el ínterin, cabales traidores y felones avisaban al MRTA de la existencia de los túneles que conducirían a los héroes de Chavín de Huántar a dar libertad a los secuestrados de la embajada de Japón.
Tristemente eso no ha cambiado, siguen siendo miserables, quieren hundir el diálogo entre PPK y Keiko. Esos son tan malditos que aplauden al papa Francisco si media entre Estados Unidos y la Cuba de la dictadura castrista por el bloqueo comercial, o si sugiere que en Colombia logren la paz entre el Estado colocho y… ¡Timochenko! Un terrorista tan o más feroz que el Camarada Gonzalo. Doble rasero miserable.
La reunión planteada y patrocinada entre estos dos líderes nacionales la solicité hace más de dos meses; de ello pueden dar fe Susana de la Puente, en el plano privado, y del lado público los cientos de miles de oyentes que me honran con su sintonía en Radio Capital de lunes a sábado. Y es que ante el llamado de la sensatez nadie se puede negar.
Enhorabuena que conversaran Keiko y PPK; es obvio que en una hora no se pueden lograr acuerdos ni dar detalles mayores de alguna agenda, y tampoco se puede hablar de cogobierno o de ninguna negociación. Lo que es evidente es que ha habido distensión y que desde antes de ayer el presidente de todos —también de los fujimoristas— ya puede conversar directamente con la lideresa de la oposición, la mujer más poderosa del país.
La economía súper enfriada es preocupante; la clase media está sobreendeudada; ha caído el consumo de alimentos en todos los niveles socioeconómicos, las ventas de carros y de inmuebles. En el mundo rural unos temen por sequías y otros por huaicos. La inseguridad ciudadana campea en calles y plazas, bloqueos y turbas amenazan cuerpo, vida y salud de sus semejantes, y la inversión en todas sus formas y dimensiones. Hay huelga en el Poder Judicial y los hospitales siguen desbastecidos. Vaya que hay muchos temas por conversar.
*Publicado en Expreso el 21 de diciembre de 2016
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